Corría el siglo VIII cuando el arzobispo de Avranches, Aubert, decidió levantar un pequeño oratorio dedicado al arcángel san Miguel sobre una imponente roca granítica rodeada de mar. Ahí se encuentra el origen de la abadía del Mont Saint-Michel, uno de los monumentos, paisajístico e histórico, que más ha hecho por difundir el nombre de Normandía alrededor del mundo y que, desde 1979, cuenta con el reconocimiento de Patrimonio Mundial de la Humanidad, título otorgado por la UNESCO. El edificio, en su aspecto actual, fue iniciado en el siglo XI en estilo románico y completado en el XVI en gótico.
LIC.RENE DAVILA /03060011
No hay comentarios:
Publicar un comentario